A principios de año, se esperaba que los tipos se mantuvieran elevados, mientras aumentaban las señales de una mayor divergencia entre los mercados de renta fija, fruto de la reacción de los inversores y los bancos centrales ante una dinámica del crecimiento y la inflación cada vez más localizada. Desde la crisis inflacionista de 2021-2022, los mercados han barajado en varias ocasiones la posibilidad de que los tipos se mantuvieran «más altos durante más tiempo», para luego aferrarse a cualquier indicio de relajación que impulsara repuntes en los mercados, como ocurrió en el último trimestre de 2023 y durante el verano pasado. La pregunta es: ¿podría ser diferente esta vez? ¿Y qué puede aportar la renta fija en una cartera más amplia?
Los "vigilantes" han vuelto; los flujos de capital podrían seguirlos.
La primera mitad del año ha estado marcada por numerosas sacudidas externas. La política arancelaria del gobierno estadounidense se se fue endureciendo cada vez más hasta culminar con el anuncio del «Día de la Liberación» a principios de abril. Después, una nueva escalada acabó dinamitando décadas de política comercial, hasta que se declaró una tregua temporal. En este contexto, fueron los bonos de mayor duración —y no los mercados bursátiles— los que impusieron disciplina, obligando a las autoridades a replantearse su enfoque. Esto podría marcar el regreso de los «bond vigilantes», con los mercados de renta fija ejerciendo presión sobre los gobiernos cuyas perspectivas fiscales muestran un claro deterioro. Aunque algunos aranceles puedan deshacerse mediante acuerdos comerciales, aumenta la probabilidad de un auge del nacionalismo económico y de la repatriación de capitales. Este fenómeno podría derivar en salidas de capital desde activos financieros estadounidenses hacia la renta fija global, con el consiguiente aumento de las primas de riesgo y de los rendimientos de los bonos a largo plazo en EE. UU. En el resto de mundo, esta dinámica actuaría como un factor técnico de apoyo a los activos financieros no estadounidenses. La renta fija europea, japonesa y china podría verse beneficiada por las salidas de capital procedentes de Estados Unidos.
Los problemas se acumulan
Seguimos esperando una mayor volatilidad en los mercados de tipos, sobre todo en los vencimientos a más largo plazo. Aunque las curvas de tipos de los mercados desarrollados se han normalizado, podrían continuar acentuándose debido a la persistencia de la inflación y al elevado gasto público. La creciente preocupación por la sostenibilidad de la deuda podría dar pie a un aumento de las primas de plazo en los mercados desarrollados, especialmente en Estados Unidos. Tal como muestra el gráfico 1, en el momento de redactar este artículo, la prima media por plazo en estos mercados superaba el 1,0% por primera vez en once años.