Los inversores se enfrentan a una nueva era económica, marcada por mayores tensiones geopolíticas, una divergencia cada vez mayor en las políticas y episodios de gran volatilidad en el mercado. Si bien la incertidumbre que impregna esta era emergente puede resultar inquietante, también genera oportunidades para los inversores activos que sepan identificar las empresas mejor preparadas para un entorno más volátil. A continuación, presentamos un modelo diseñado para detectar los factores que caracterizan una administración corporativa responsable. Su objetivo es identificar empresas sólidas que generen rentabilidades atractivas para los accionistas a largo plazo, sin desatender los intereses de todas las partes involucradas. Si los inversores mantienen un alto nivel de exigencia y aplican sistemáticamente este marco para construir una cartera de empresas líderes en administración corporativa responsable (stewarship), podrán incrementar las probabilidades de obtener una rentabilidad atractiva y recurrente a largo plazo, alineada con una exposición core a la renta variable.
Un contexto macroeconómico volátil
Tras más de dos décadas de políticas coordinadas y globalización, hemos regresado a una era de ciclos más cortos y volátiles, con profundas divergencias entre las economías y los regímenes políticos. Este panorama se ve aún más afectado por la irrupción de la inteligencia artificial y un entorno geopolítico cada vez más complejo, intensificado por la rápida aplicación de la agenda «America First» del presidente estadounidense Donald Trump. El carácter estructural de estos cambios nos lleva a pensar que este contexto impredecible se mantendrá, por lo que los inversores tendrán que adaptarse. En nuestra opinión, este nuevo escenario debería favorecer a los inversores activos a largo plazo. No cabe duda de que cada vez es más difícil identificar las tendencias más relevantes y su impacto en los fundamentales entre tanto ruido de fondo. Sin embargo, esta dificultad se puede superar con una filosofía y un proceso de inversión disciplinados, respaldados por un análisis y un diálogo proactivos.
El poder de la inversión en administración corporativa responsable o stewardship investing
Evaluar las empresas desde la perspectiva de la administración responsable permitirá a los inversores orientados al largo plazo identificar aquellas con potencial para generar rentabilidades financieras sólidas durante un periodo prolongado. En nuestra experiencia, entre las cualidades más comunes de las empresas con una dirección ejecutiva destacada se incluyen:
- Una estructura de gobierno sólida que le permita asignar el capital de forma más eficiente a largo plazo y, de este modo, fortalecer su ventaja competitiva y su poder de fijación de precios.
- La capacidad de conciliar los intereses de las partes involucradas (empleados, clientes, proveedores y comunidades en las que opera), lo que reduce el impacto sobre los beneficios al fomentar el compromiso y la lealtad de los empleados, la satisfacción de los clientes y la sostenibilidad de las cadenas de suministro.
- El interés por abordar el impacto medioambiental de sus operaciones, lo que, con el tiempo, puede reforzar la resiliencia de su negocio y su potencial de rentabilidad a largo plazo.
Un proceso de selección de valores riguroso, que priorice las empresas con elevada rentabilidad financiera y la capacidad de mantenerla, junto con una estrategia que contemple el riesgo, puede ayudar a construir una cartera capaz de afrontar la volatilidad macroeconómica a largo plazo. Hasta ahora, nuestra experiencia nos ha demostrado que las asignaciones a empresas líderes en administración y gestión responsable suelen favorecer una cartera de renta variable diversificada y menos volátil que el mercado en general. La posibilidad de que esta tendencia se mantenga en un entorno de ciclos más cortos y cambios estructurales puede depender, en gran medida, de la capacidad de beneficiarse de manera proactiva del análisis y el diálogo proactivo con las empresas.
Generación de rentabilidad mediante el análisis y el diálogo activo
En la práctica, este enfoque de inversión en administración responsable implica un análisis exhaustivo del liderazgo y de las decisiones relacionadas con aquellos factores de creación de valor en una empresa que son más vulnerables al impacto de cambios bruscos en las tendencias. En este sentido, hay tres áreas clave que requieren especial atención:
1. El impacto de la creciente intensidad de capital
Aunque la inteligencia artificial (IA) se encuentra en una fase inicial de desarrollo, la mayoría de las empresas vinculadas a la construcción de sus infraestructuras han registrado un buen comportamiento de sus cotizaciones bursátiles en 2024. Mientras esta prometedora tecnología continúa su avance, existen numerosas incógnitas por resolver, como la rentabilidad a largo plazo de la avalancha de inversiones de capital. Si bien existen razones para el entusiasmo, creemos que es importante establecer medidas protectoras e invertir de manera prudente en este ciclo de inversiones en activos fijos de gran envergadura y sin restricciones. Los criterios de administración responsable corporativa pueden ser útiles para identificar una mayor disciplina de capital, supervisión y previsión de la rentabilidad a largo plazo, además de otros aspectos importantes, como el acceso a recursos y talento. El diálogo activo también puede ayudar a evaluar la orientación estratégica y la solidez de la ejecución. Estos factores son fundamentales a la hora de seleccionar valores en un mercado tan concentrado como el actual.