Los mercados europeos de renta variable muestran actualmente una mayor dispersión de rentabilidades entre países, sectores y valores individuales, en un momento en que la región se enfrenta a un escenario global incierto y en rápida transformación.
En un contexto de incertidumbre intrínseca, marcada por la inestabilidad geopolítica, la desglobalización y la revolución de la inteligencia artificial, creemos que los inversores activos con un enfoque analítico están en una posición privilegiada para identificar oportunidades que otros pasan por alto. Esta ventaja cobra aún más relevancia cuando adoptan una estrategia contrarian y miran más allá de la volatilidad a corto plazo y de los titulares macroeconómicos con el fin de detectar compañías con potencial de mejorar beneficios a largo plazo que el mercado sigue ignorando.
Detectar a los ganadores a largo plazo en una Europa en transformación
En nuestra opinión, la transición estructural que atraviesa Europa constituye una oportunidad especialmente atractiva para aplicar una filosofía de inversión contraria. Los elementos clave para construir una cartera básica y sólida de renta variable europea que se adapte a la nueva era económica incluyen:
- Centrarse en compañías orientadas al mercado interno con capacidad de beneficiarse de los estímulos fiscales y de otras tendencias estructurales a largo plazo en sectores como sanidad, defensa, finanzas y construcción.
- Adoptar un enfoque activo y con visión de futuro que refleje la naturaleza desigual de las transiciones estructurales, en las que los ganadores y perdedores difieren de forma significativa entre sectores y geografías.
- Aprovechar el amplio abanico de oportunidades que ofrece Europa, un factor especialmente valioso en el actual entorno de mayor volatilidad y dispersión.
Posición contrarian: mirar más allá del ruido
Recomendamos centrarse en aquellas compañías en las que el mercado descuenta indefinidamente resultados negativos, a pesar de contar con sólidos fundamentales y un claro potencial de crecimiento a largo plazo. Se trata de identificar modelos de negocio duraderos, con suficiente solidez financiera para superar recesiones cíclicas y aprovechar las tendencias estructurales.
En la práctica, creemos que los inversores deberían empezar por acotar el universo de oportunidades. Nuestro proceso, por ejemplo, se centra en detectar señales de valoraciones errónea/incorrectas para identificar compañías que han registrado caídas significativas en sus cotizaciones y revisiones a la baja en los beneficios, pero donde ese deterioro empieza a moderarse, lo que podría anticipar un punto de inflexión. Analizamos entre 200 y 300 compañías, evaluando:
- la solidez de su balance;
- su exposición a factores estructurales favorables; y
- su trayectoria a largo plazo, en la que unos fundamentales sólidos quedan temporalmente eclipsados por el ruido de mercado a corto plazo.
Revisamos periódicamente la tesis de inversión mediante un proceso estructurado y detallado, apoyado en listas de verificación, para asegurarnos de que cada compañía mantiene el rumbo previsto y sigue una trayectoria ascendente.