Relevancia para los inversores en renta variable
La reflación, que podría sustentar un posible ciclo de revalorizaciones prolongado, ha elevado el PIB nominal. Este contexto es importante tanto para la renta fija como para los inversores en renta variable, por dos motivos principales:
El crecimiento nominal incrementa la rentabilidad de la renta variable
Las empresas japonesas se benefician directamente del mayor crecimiento del PIB nominal, pues están mejor posicionadas para transformarlo en resultados y márgenes superiores, reforzando así el atractivo de la renta variable japonesa para los inversores.
Por el contrario, los periodos de deflación o baja inflación suelen presionar a la baja las valoraciones empresariales. En una fase de reflación como la actual, los beneficios tienden a volverse más predecibles, lo que mejora las perspectivas de valoración y podría dar lugar a recalificaciones estructurales de la renta variable japonesa.
El crecimiento nominal favorece el reajuste de las carteras de los hogares. Tradicionalmente, los hogares japoneses han mantenido alrededor de la mitad de sus activos en efectivo y depósitos, y solo cerca del 13% en acciones. El fortalecimiento del crecimiento y una inflación moderada como la actual erosionan el valor real del efectivo, haciendo que los depósitos pierdan atractivo en favor de la renta variable.
Si a ello se añaden políticas de apoyo como la ampliación del programa de cuentas de inversión exentas de impuestos respaldadas por el Gobierno, podrían darse las condiciones para que el capital actualmente inactivo empiece a fluir hacia el mercado bursátil.
La reforma de la gobernanza corporativa mejora la calidad
Las reformas de la gobernanza corporativa emprendidas por el primer ministro Shinzo Abe abordan las ineficiencias que existen desde hace tiempo en la asignación de capital, la gestión empresarial y la rentabilidad para el accionista, factores todos ellos positivos para la renta variable japonesa.
Tradicionalmente, las empresas japonesas han acumulado efectivo y mantenido participaciones cruzadas, lo que ha lastrado su rentabilidad. Las políticas reformistas fomentan ahora la recompra de acciones, el pago de dividendos y las decisiones de inversión más disciplinadas.
Asimismo, la mayor independencia de los consejos de administración y unas normas de publicidad más estrictas han reducido la toma de decisiones aislada, reforzando la rendición de cuentas y la transparencia. Como resultado, las empresas están dando mayor prioridad al valor para el accionista, lo que alinea a los consejos de administración con los intereses de los inversores y, en consecuencia, beneficia a los mercados de renta variable.
Estas reformas se enmarcan en una iniciativa más amplia liderada por el Gobierno para revitalizar la economía japonesa y hacer que su mercado bursátil resulte más atractivo para los inversores internacionales, un esfuerzo que parece estar dando frutos. La inversión extranjera —que registró salidas netas entre 2016 y 2023— ha repuntado, lo que podría impulsar una revalorización estructural de la renta variable japonesa.