El mercado de la biotecnología registró una actividad creciente en 2024, a pesar de la notable volatilidad, impulsada en gran medida por la incertidumbre en torno a los tipos de interés y el entorno político. Los inversores inyectaron una cantidad significativa de capital en empresas de alta calidad a través de distintas vías, incluidas las salidas a bolsa (OPV), que aumentaron a lo largo del año, aunque con resultados dispares.
Las compañías con activos clínicos de menor riesgo son las que más interés están generando entre los inversores en mercados públicos, en las operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A) del sector farmacéutico, en las rondas de financiación privada posteriores, e incluso en la reactivación de fusiones inversas.
En cuanto al futuro, conviene ser prudentes con respecto a las OPV a corto plazo de empresas con un alto riesgo clínico debido a la situación de inestabilidad del mercado. Sin embargo, esta incertidumbre podría estimular una mayor actividad en el ámbito de las fusiones y adquisiciones, impulsada por el interés del sector farmacéutico, las posibles reformas de la Comisión Federal de Comercio (FTC) y el creciente atractivo de las empresas privadas como objetivos de adquisición. En nuestra opinión, las perspectivas a largo plazo siguen siendo favorables, ya que la innovación continúa avanzando gracias a la convergencia de los progresos tecnológicos y científicos. Todo apunta a que esta tendencia se acelerará, y que los avances en el desarrollo de fármacos (gráfico 1) generarán cada vez más oportunidades de inversión.
En este breve análisis, abordamos las tres tendencias clave que, en nuestra opinión, cobrarán mayor relevancia en 2025 y más allá.